BLOG DO U: Olha como a mídia nossa trata assunto de importância para o país, está estampado nos noticíarios internacionais que o Lula disse não a Chavez na questão do gasoduto, e nem uma virgula se quer na nossa mídia nativa.
Brasil anunció esta semana su desmarque del proyecto del presidente venezolano, Hugo Chávez, para construir el gasoducto del sur, un gigantesco tubo que transportaría gas natural desde el Caribe venezolano hasta la región más austral de Argentina, atravesando Brasil de norte a sur. Brasilia dio el paso el lunes, tan sólo horas después de que Chávez ganara el referéndum que le abre la puerta a su reelección indefinida.
La decisión supone un nuevo y duro revés a las pretensiones del líder venezolano de consolidarse como el gran líder integrador del subcontinente suramericano. También da al traste con la intención del Gobierno de Caracas de garantizar la venta de sus hidrocarburos en todo el Cono Sur.
De esta manera, Brasil continúa su senda imparable hacia la autosuficiencia energética. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha convertido este asunto en uno de los caballos de batalla en materia económica de su segundo mandato, porque sabe que de ello también dependerá la consolidación de su país como nueva potencia en el tablero internacional. En los últimos años, el gigante suramericano no ha parado de descubrir petróleo y gas natural en sus aguas, ha potenciado a tope la producción de los biocombustibles y, poco a poco, ha ido cortando su dependencia de gas y petróleo provenientes de países vecinos como Bolivia o Venezuela. Es en este contexto donde el Gobierno de Brasilia ha comunicado su salida del proyecto de gasoducto que conectaría el norte de Venezuela con la Tierra del Fueg
La decisión supone un nuevo y duro revés a las pretensiones del líder venezolano de consolidarse como el gran líder integrador del subcontinente suramericano. También da al traste con la intención del Gobierno de Caracas de garantizar la venta de sus hidrocarburos en todo el Cono Sur.
De esta manera, Brasil continúa su senda imparable hacia la autosuficiencia energética. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha convertido este asunto en uno de los caballos de batalla en materia económica de su segundo mandato, porque sabe que de ello también dependerá la consolidación de su país como nueva potencia en el tablero internacional. En los últimos años, el gigante suramericano no ha parado de descubrir petróleo y gas natural en sus aguas, ha potenciado a tope la producción de los biocombustibles y, poco a poco, ha ido cortando su dependencia de gas y petróleo provenientes de países vecinos como Bolivia o Venezuela. Es en este contexto donde el Gobierno de Brasilia ha comunicado su salida del proyecto de gasoducto que conectaría el norte de Venezuela con la Tierra del Fueg
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